miércoles, 17 de diciembre de 2008


Era un inmenso campamento al aire libre. De la galera de los magos brotaban lechugas cantoras y ajíes luminosos, y por todas partes había gente ofreciendo sueños en canje. Había quien quería cambiar un sueño de viajes por un sueño de amores, y había quien ofrecía un sueño para reír en trueque por un sueño para llorar un llanto bien gustoso.
Un señor andaba por ahí buscando los pedacitos de un sueño, desbaratado por culpa de alguien que se lo había llevado por delante: el señor iba recogiendo los pedacitos y los pegaba y con ellos hacía un estandarte de colores.
El aguatero de los sueños llevaba a agua a quienes sentían sed mientras dormían. Llevaba el agua a la espalda, en una vasija, y la brindaba en altas copas.
Sobre una torre había una mujer, de túnica blanca, peinándose la cabellera, que le llegaba a los pies. El peine desprendía sueños, con todos sus personajes: Los sueños salían del pelo y se iban al aire.
Eduardo Galeano
"El Libro de los Abrazos"

1 comentario:

Lirium*Lilia dijo...

Elena: muy buena elección Galeano. Sus textos siempre me llenan de imágenes. Son accesibles, aparentemente simples, pero permiten muchas lecturas.
Estuvo aquí hace poco tiempo pero no pude ir a escucharlo y justamente estoy por comenzar a leer "Contraseña".
Es un placer llegar a este sitio y encontrar cosas en común a pesar de la distancia. Un beso